viernes, 2 de octubre de 2015

Dos Vidas, Dos Segundos...


Caminamos por la calle, nos cruzamos, no me conoces, no te conozco, te miro, me miras, sonreímos levemente durante tan solo un segundo mirándonos a los ojos, antes del parpadeo y giro de cabeza, antes del Hasta Nunca. Es ese segundo donde las locuras se nos pasan por la cabeza, un segundo que da para un minicuento interior precioso, donde ambos sentimos que ojalá pasara algo fuera de lo normal, que ojalá la magia que hay en las historias que nosotros leemos y vemos en el cine pudiera darse también en la vida real, cada milésima de ese segundo, cada micrómetro que se deslizan nuestros labios para sonreír, cada minúsculo pelo pasando por delante de tus ojos... ahí estoy yo balanceándome anonadado como un bebé mirando las estrellas que proyecta la luz en su habitación. Después pasa ese segundo y pestañeamos, miramos al suelo un segundo por pura inercia, por timidez, por mentalizados de la vuelta a la realidad, qué se yo... quizás para adoptar una postura que impresione un poco a alguien o exteriorize fuerza y seguridad, el caso es que miramos al suelo un segundo, y en ese segundo, sabiendo que cuando volvamos a alzar la cabeza habrás desaparecido de mi camino para siempre, y yo del tuyo, es el segundo del día en el que más profundamente solos y desgraciados nos sentimos, alzamos la cabeza y seguimos nuestro camino como si no hubiese pasado nada, buscando más segundos de esos que nos den la vida y nos la vuelvan a quitar...


PD: Algunas noches miro al cielo y me quedo pensando por qué nadie, ni mis padres, ni en el colegio, ni nadie jamás me enseñó que en dos segundos podía caber tanta vida.